Al otro lado del temor

Si bien es cierto que hay experiencias traumáticas o que nos marcan de forma muy negativa, el Señor quiere traer libertad a cada habitación del corazón. El temor parece un gigante bastante fuerte si lo vemos desde nuestro punto de vista, pues siempre nos dice que todo será igual y nos debilitará hasta desenfocarnos. Lo más fuerte de esto, es que a pesar de que el temor es una emoción como cualquier otra, y es válido sentirlo, si la dejamos habitar en nuestros pensamientos por mucho tiempo, traerá consigo la duda y esta desviará la mirada de las promesas y verdades de Dios para nuestras vidas.

Cada temor que experimentamos necesita ser enfrentado con el poder de la Palabra de Jesús. Podemos ver que en Mateo 8:23-26 los discípulos experimentaron mucho temor en medio de una fuerte tormenta y corrieron al Señor. Cuando Él les pregunta ¿Por qué tienen miedo? Creo que esta pregunta iba mucho más allá del temor por la tormenta externa que estaban viviendo, porque luego les dice ¿Por qué tienen tan poca fe?

Hace unas semanas empecé a sentir temor por una situación que estaba pasando. Mientras avanzaban los días, no veía respuesta de Dios ni lo sentía muy presente y todo eso se convirtió en duda. Pensaba cosas como “Señor, ¿de verdad lo vas a hacer?“ “Sé que eres un buen padre pero siento que me vas a dejar embalada en esta situación“. Esto y más me pregunté hasta que Dios me llamó a conversar, abrí la Biblia y me encontré cara a cara con esta pregunta: ¿Por qué tienes tanto miedo? Y no fue una pregunta de un padre “regañando“ a su hija… fue una confrontación llena de amor para darle nombre a esos temores que no había reconocido delante de mi Padre.

Dios siempre quiere traer más libertad, sanidad, restauración y madurez a nuestra vida. Lo impresionante de todo es que aquello que no había resuelto lo estaba transfiriendo a mi esposo, a las decisiones que estábamos tomando y los sueños que estamos visionando.

OJO, NO TRANSFIERAS TU MIEDO. EL MIEDO ES CONTAGIOSO, LA FE TAMBIÉN

Quiero que sepas que el Señor quiere y desea bendecirnos en todo, pero está más comprometido con nuestro crecimiento y madurez en el carácter para que seamos más como Jesús. Eso requerirá que muchas veces vayamos a la cruz y siendo honestas hablemos de aquellos temores para ser libres, porque si los exponemos como Jesús lo hizo antes de ir a la cruz no daremos lugar a la duda que inevitablemente desviará nuestra fe de lo Dios ya dijo que hará.

Te invito a que hoy le des lugar al padre para escudriñar lo más profundo tu corazón y seas libre de las dudas que están robando tu fe para creer que Dios siempre puede y lo quiere hacer, ya que él que inició la obra en ti la está perfeccionando y la terminará, créelo. Eres su obra maestra y no desistirá hasta que termine. Esa es su promesa.

Con amor,

Juli Escobar.

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