top of page

CONVERSACIONES DE UNA MUJER FRENTE AL ESPEJO


Como mujeres nos encanta hablar, es más, las veces que estamos en silencio no significa que nuestra mente sea un campo pacífico de flores; tenemos más conversaciones internas que públicas. El famoso John Gray autor del libro: “Los hombres son de marte y las mujeres de venus” dice que: “las venusianas para sentirse mejor se reúnen y hablan abiertamente de sus problemas”.

Para que exista un proceso de comunicación se requieren tres elementos: un emisor, un mensaje y un receptor, ¿Cómo se da entonces el proceso de comunicación en la mente de una chica? De la misma forma que ocurre en lo cotidiano; sin embargo, el emisor es ella, y no solo transmite sus propias ideas o pensamientos, sino que es una especie de traductora de todas las voces que recibe de su entorno. Del otro lado, está ella misma como receptora.


Déjame ilustrarte esto con la imagen de una conversación frente al espejo, pero no me refiero al típico espejo colgado en el baño de nuestra casa, es uno instalado en los ojos del alma de una mujer. Lo complejo, es que pareciera que en ese espejo fue instalado un efecto distorsionador de nuestra realidad femenina.


Yo me atrevería a decir que las mujeres escuchamos cuatro voces: nuestra propia voz, la del mundo exterior, la de un enemigo espiritual y una voz que a veces nos susurra, pero la ignoramos. Nuestra propia voz es una de las más tóxicas, nos hemos convertido en nuestros propios verdugos, nos hemos exigido hasta agotarnos de tanto odio hacia nuestro físico y hacia nuestras limitaciones relacionales, económicas y sociales.


La voz del mundo exterior es catastrófica, ha logrado cavar un hoyo profundo entre nuestra realidad y lo que nos muestra la televisión y las redes sociales, causándonos una insatisfacción al ver la brecha entre lo que somos y lo que nos dicen que “debemos ser”.

La tercera voz es la voz de nuestro enemigo; Jhon y Stasi Eldredge en su libro Cautivante, dicen que en la caída del huerto del Edén el primer efecto que causó la pregunta de la serpiente a Eva, fue una rotunda duda acerca de sí lo que Dios dijo era cierto. De ahí en adelante se nos hizo muy difícil creer en lo que Dios piensa de nosotros.


Esa cuarta voz nos ha susurrado por décadas, pero sigue siendo ignorada. Se trata de la voz de un hombre llamado Jesús quien hace más de 2000 años vino a la tierra, y en una época donde la mujer era insignificante él dejó mensaje encriptado sobre el valor que Él quiso darnos. En un momento donde samaritanos y judíos no podían hablarse, Jesús se atrevió a conversar con una mujer samaritana; Jesús evitó la muerte de una mujer adúltera y permitió que las mujeres fueran una parte importante de su ministerio. Todo esto para que entendamos una sola cosa: ¡valemos para nuestro creador! Y esa es la única voz correcta debemos escuchar. ¿Y tú qué voz estás escuchando?


Con cariño,

Elly Acosta



Recomendación: Libro cautivante, es un gran viaje al corazón de una mujer.


 
 
 

Comments


©2024 por Entre Nosotras Project.

bottom of page