La libertad que deseas está a un paso del perdón

Crecí en una iglesia cristiana donde conocí de Jesús a los 5 años, pero a los 14 años fui abusada sexualmente por una persona de autoridad espiritual de la iglesia, como familia decidimos irnos de la iglesia e incluso de la ciudad, luego de esto a mis 19 años me comprometí en matrimonio con un hombre mucho mayor que yo, en una relación supremamente tóxica y abusiva. El resultado de todo esto fue alejarme por completo de Dios y quedar llena de heridas y resentimiento no sólo hacia Dios sino hacia la iglesia y pero sobre todo con las personas que me habían herido.

Duré aproximadamente 2 años alejada de Dios y en ese proceso conocí a mi esposo Camilo (el mayor regalo de Dios), después de una enfermedad grave, que casi arrebata mi vida, decidimos buscar a Dios e ir a la iglesia juntos. Fue en ese momento donde conocí verdaderamente a Cristo y fue un lugar de restauración, sin embargo, debo admitir que siempre estuve llena de temor a ser herida nuevamente, quería pasar desapercibida, no tenía relaciones significativas y no quería involucrarme emocionalmente con la iglesia. Así pasaron casi 6 años, hasta que, en diciembre del año pasado, hice una lista de cosas que quería para el año nuevo y puse una pequeña oración que decía: “Señor yo quiero ser libre completamente, quiero poder amar sin temor y quiero encontrar mi propósito”

Poco a poco, Dios fue respondiendo esa oración, y a medida que me propuse en el corazón perdonar completamente todo lo que había vivido, a cada persona que me hizo daño en el pasado y avanzar, toda mi vida empezó a tener sentido, pude encontrar amigas maravillosas, incluso involucrarme en la iglesia y empezar a servir.

Durante este proceso, la persona que abusó de mí, me buscó, reconoció lo que había hecho y me pidió perdón; algo que había esperado por más de 13 años y llegó justo en el momento en que el que yo había tomado la decisión de perdonar, de soltar, de no vivir más atada a esa situación. Siento que fue la respuesta de Dios, el último empujón para ser libre completamente.

No sé por cuántas situaciones difíciles has tenido que pasar, cuantas personas te hicieron daño o cuantas heridas tienes que quizás nadie conoce, lo único que sé hoy con certeza es que Jesús puede restaurar tu vida, sanar tus heridas y darte la capacidad para vivir en libertad.

Aceptar que las personas te van a herir en algún momento no es fácil, pero si vives con temor a ser lastimada nunca sabrás lo que es amar realmente, si no perdonas, la persona que se va a quedar estancada eres tú. Recuerda que el perdón no es para las personas que te hirieron, el perdón es para ti, es el mejor regalo que te puedes dar. Entender que él único que nunca falla es Jesús y que ahí es donde debe estar tu mirada te permite vivir en plenitud, amando sin temor y siendo completamente libre.

Con amor,

Monik Trujillo

Libro Recomendado

Cuando una mujer decide perdonar de Cheryl Brodersen