SELAH (PAUSA Y ESCUCHA)
- Entre nosotras Project
- 4 ago 2024
- 2 Min. de lectura

He entrado en una temporada de mi vida donde casi todas mis semanas son súper agitadas y ocupadas. Tengo que organizar muy bien mi tiempo, correr a muchos lugares para llegar puntual, tener muy claras mis prioridades y, algunos días, dormir un poco menos para cumplir con mis obligaciones. Sin embargo, aprendí (a las malas) que tanto correr drena mi espíritu y mi alma hasta agotarme completamente. Terminaba exhausta y triste porque estaba funcionando en piloto automático y a toda velocidad.
Pero Dios, en su inmensa gracia, desde el año pasado me ha estado hablando sobre la palabra "Selah", que en hebreo significa "pausa y escucha", y se encuentra mucho en los Salmos. Dios sabía que pronto llegaría el momento de aplicar lo que me estaba enseñando, y llegaría la necesidad urgente de parar y escuchar.
Selah es más que detenerse físicamente; también implica detener nuestro afán emocional, mental y espiritual, que nos lleva a una completa inestabilidad y estancamiento. No puedo contemplar la belleza del Padre si no me quedo quieta; no puedo contagiarme de la santidad de Jesús si me mantengo apresurada en todo; no puedo escuchar la voz del Espíritu Santo si no me detengo en medio de tanto ruido y caos. No fuimos creados para funcionar a mil kilómetros por hora; fuimos creados para caminar con Dios y poder disfrutar de la vista en el trayecto.
Esta palabra se repite en los Salmos como una instrucción en las alabanzas, pero también creo que es una muestra de que la quietud y el descanso son adoración. Buscarlo y apreciarlo en medio de los afanes diarios es un arte que aún estoy aprendiendo.
Es imposible dar fruto en medio del afán. Es un proceso lento y seguro que debemos vivir; toma tiempo y paciencia. Deja que Dios se tome su tiempo con tu corazón, al igual que tú tómate el tiempo de verdaderamente aprender lo que significa deleitarse en su presencia. Que Cristo sea tu plenitud.
En un mundo que va tan rápido, debes aprender a desacelerar. Es posible tener una vida ocupada sin tanta prisa; es posible hacer muchas cosas, pero siempre con la mirada en lo más importante. Su amor y bondad son suficientes para alcanzarnos en medio de nuestras carreras y llevarnos a parar, escuchar y tener paz, pero tenemos que estar dispuestas a que suceda. Permítete disfrutar la vida que se te ha regalado; persigue tus sueños, esfuérzate, pero recuerda que la prioridad de nuestra vida y corazón siempre debe ser JESÚS.
"Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana" -Mateo 11:28-30
Oro para que en esta temporada descanses en intimidad con Papá, para que aprendas a disfrutar la quietud en la contemplación de quien Él es, y que eso se refleje en nosotros cada día más.
Con cariño
Angélica M
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