top of page

¿Y la anestesia pa' cuándo?




“En el dolor, perdemos lo que más amamos para que Dios gane lo que más ama, nuestro corazón”.

Juan Pablo Díaz



¿Dónde duele cuando el alma duele y el corazón se hace trizas? El dolor del alma parece ser imposible de ubicar, porque no sabemos exactamente dónde está, porque duele todo a la vez.


Ven, siéntate junto a mí, quiero contarte algo, donde mi ser en muchos momentos, rendido en un desierto solo ha clamando por un poquito de anestesia. Tal vez sientas que te identificas, y entonces, podrás salir de aquí, con algún tesoro para enfrentar una nueva temporada de dolor, cuando sea que llegue, porque créeme, llegará.


En la vida pasamos por diferentes temporadas, ¡qué tal que no? ¡Sería plana y aburrida! Cada etapa o estación son una invitación a disfrutar, aprender, esforzarnos o descansar; pero también, con la enseñanza de resaltar la importancia que tiene para nuestro crecimiento el pasar por cada una de esas temporadas. En este caso, el dolor a veces luce como una helada, donde a veces sentimos que todo se entumece y poco a poco va muriendo.


Desde niña, he pasado por diferentes etapas de dolor, unas más intensas que otras, pero las tormentas y los desiertos que he atravesado en los últimos tres años han sido sustancialmente diferentes.


¿Has sentido el dolor de perder el rumbo, de creer que ya nada tiene sentido y que tu propósito de vida fue borrado?


¿Has sentido el dolor de creer que no eres amado, importante para los demás y que estás solo, aunque estés rodeado de personas que dicen amarte?


¿Has sentido el dolor de tener un sueño profundamente anhelado y valioso, y que en cualquier momento se desmorona?


¿Has sentido el dolor de creer que no eres y nunca serás "suficiente" para estar a la "altura" de lo que sueñas?


¿Has sentido el dolor de confiar tu corazón y tu vulnerabilidad a alguien y que finalmente no lo aprecie ni le dé la importancia que tiene para ti?


¿Has sentido el dolor de la traición de la persona que tanto amas? Esa que se siente como que mientras le abrazas confiada, te entierra un puñal en la espalda y luego otro en el pecho.


¿Has sentido el dolor de querer creer y confiar en que algo bueno pasará, pero sientes que incluso Dios ha decidido ignorarte?


Wow, ¡cuánto duele todo eso! Con razón estamos algo rotos.


Hoy, en medio de uno de esos desiertos, encontré un pozo y mientras descanso y bebo un poco de agua para recuperarme y continuar el camino, te escribo esto para decirte que el dolor tiene mucho por darnos, no te permitas salir de aquí, sin aprendizajes de vida, que salvarán la tuya y darán luz y esperanza a otros.


Del dolor he aprendido que:


- Revela lo que es valioso o importante para mí: las veces que la soledad me ha apretado el corazón, es porque para mí es importante contar con alguien, que aunque no traiga soluciones, estará para escucharme y acompañarme.

- A través de él, soy fortalecida y purificada.

- Dios tiene un cuidado especial de mí.

- Siempre antecede a una nueva temporada de alegría y gozo.

- No necesariamente para perdonar, debe existir un resentimiento, rencor u odio, si duele, es suficiente ¡es hora de perdonar!

- No siempre, quien hizo daño vendrá a subsanar lo que sucedió, pero siempre debo correr a Jesús por su restauración.

- Es un excelente filtro: el dolor nos enseña a elegir quedarnos solo con lo realmente importante, todo lo banal pierde su lugar de poder en mí.


Así que, el dolor es una puerta indeseable, que inesperadamente nos lleva a una vida llena de esperanza, libertad y sanidad. Cuando llegue, recuerda prestar atención porque lo que tiene por mostrarte y enseñarte es tan profundo que con el ruido de la euforia difícilmente lo notarías.

Paz en tu corazón.

Después de leer este blog, quiero animarte a escuchar esta canción.


Con amor, Caro E.

@hanne0088


Entradas recientes

Ver todo

Comments


©2024 por Entre Nosotras Project.

bottom of page